No son selfies. Tampoco son autorretratos preparados. Son autorretratos callejeros, tomados tal como aparecen a la vista del fotógrafo en los reflejos de escaparates, cristales y superficies reflectantes. Pero hay un vuelta más. Ignasi Raventos se sitúa frente a sí mismo y espera a que otros elementos se incorporen a la composición para crear historias en las que su reflejo se funde con ellos, dentro o fuera, a la luz o en las sombras, creando juegos de realidades superpuestas e interacciones inesperadas. El reflejo de la realidad y el acto de fotografiarla. El acto de fotografiar protagonista desde el yo.